Friday, June 08, 2007

El pinchazo

Cuando te reúnes con los amigos y hablas de la vida en general y del futuro en particular, además del problema del empleo, siempre sale casi a la par el de la vivienda. Y es entonces cuando todos concluimos nuestras conversaciones con un “de casa no saldremos hasta los 30 años”. Pero ‘la vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida’, el sector inmobiliario se ha desplomado en la Bolsa como hacía tiempo que no pasaba.

No es que se hayan arruinado y ahora los pisos valgan dos pesetas, no, pero es un síntoma de que hay algo que no marcha bien en el que es el negocio estrella de nuestro país. Cuando hacía una semana se presentaba la auditoría interna de una de tantas inmobiliarias, Astroc Mediterránea, del que es socio el riquísimo Amancio Ortega, nada hacía suponer que su contenido haría caer en picado sus acciones y arrastrarían una semana más tarde las de otras empresas del sector.

Pero eso es lo que ha pasado. Aunque reconozco que no soy experta en el tema, sí soy capaz de entrever que detrás de esta caída estrepitosa en Bolsa hay algo que huele a chamusquina. A lo mejor es cierto lo que se comenta del pinchazo de la burbuja inmobiliaria y su consiguiente bajada de precios. ¡Eso sí sería una buena noticia!

Aunque todo el mundo, incluso el Gobierno, se ha apresurado a desmentir que la burbuja esté desinflándose, -que ya son ganas de quitarnos la ilusión a los mileuristas-, la impresión que nos queda tras la jornada bursátil de hoy, vista desde fuera y como una total amateur en este tema de las finanzas, es que algo sí se está desinflando.

No sé muy bien si ese desinfle realmente tendrá algún efecto en el precio de la vivienda, si podremos algún día comprarnos un piso como hace treinta años hacían nuestros padres, y dejar de soñar con ello. Es posible que este sólo sea el comienzo y que dentro de poco las conversaciones con los amigos sobre el futuro no acaben con un desesperanzador “hasta los treinta” sino con una fiesta de inauguración en el piso de alguno de ellos.